CONFLICTO ARMADO EN GUATEMALA
El conflicto armado en Guatemala duró casi cuarenta años, pero la época de violencia más irracional e inhumana tuvo su culmen en la década de los 80, y los departamentos de Alta y Baja Verapaz están entre los más afectados. En el apartado anterior vimos brevemente cómo esta violencia afectó a los catequistas, pero fue toda la diócesis la que sufrió las consecuencias de esta "enfermedad".
La presencia del movimiento rebelde.
En Baja Verapaz el CUC se introdujo con cierta facilidad gracias a las experiencias anteriores de participación política durante el gobierno de Arbenz y en la primera guerrilla. Tomó auge por el desalojo de la aldea Río Negro y el incumplimiento de los ofrecimientos del INDE a consecuencia de la construcción del embalse de la presa hidroeléctrica Chixoy.

En Alta Verapaz la guerrilla aprovechó el trabajo de concientización de la iglesia y específicamente la estructura intercomunitaria de los catequistas para penetrar en algunas zonas colindantes con el departamento de El Quiché, en la Franja Transversal del Norte y en el valle del Polochic con el objetivo, entre otros, de crear conflictos armados en Alta Verapaz para distraer la atención del ejército de El Quiché. A diferencia de El Quiché la incorporación de líderes comunitarios en la guerrilla no fue el resultado final de un largo proceso de politización a través de la participación en cooperativas, Democracia Cristiana, CUC, etc, sino que fue como un salto a ciegas desde la organización comunitaria a la estructura político-militar. Todavía en 1981 el CUC se acercaba a instancias eclesiales en Cobán para iniciar un trabajo organizativo, cuando en realidad ya no había espacio político para una organización popular. Siendo la Iglesia Católica la única organización no gubernamental que coordinaba en la región proyectos sociales, fue algo como una conversión religiosa y espiritual que llevó a la autoorganización del pueblo y a la incorporación a la rebelión. Los catequistas aportaron las condiciones subjetivas para elevar una situación revolucionaria objetiva. La guerra revolucionaria se cubrió con un manto milenarista.
La violencia en las Verapaces.
La violencia política, como resultado del conflicto armado interno, no afectó por igual a todas las parroquias de la Verapaz. Aparte del clima generalizado de temor e inseguridad, algunas parroquias no sufrieron nada o en mínima parte, mientras otras fueron muy golpeadas.
Mas de 100 poblaciones fueron destruidas por el ejército en sus campañas de tierra arrasada y miles de campesinos tuvieron que huir a las montañas, a otros países o a la ciudad (Cobán, Guatemala) para salvar sus vidas. En Rabinal fue eliminada casi una cuarta parte de la población.
Los informes de REMHI y de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (C.E.H.) dan estos datos sobre la violencia:
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REMHI
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C.E.H.
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Alta Verapaz
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Baja Verapaz
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Alta Verapaz
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Baja Verapaz
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Masacres
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63
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16
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62
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28
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Autores estatales
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60
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16
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En todo el país
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93 %
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Guerrilla
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1
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0
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3 %
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Desconocido
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2
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0
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4 %
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Hechos
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2,691
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724
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Víctimas
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6,485
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2,799
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En términos cronológicos la violencia dio inicio en Chisec en el año 1976, luego ocurrió la masacre de Panzós en 1978; en ambos casos la causa fue eminentemente por conflictos de tierra. En 1981 le tocó a Rabinal con varias masacres ya muy documentadas y luego en 1982-83 Chisec, Cobán y San Cristóbal.